A trancas y barrancas

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Qué le has hecho a mi corazón
que parece que es domingo.

Así, como la colección de artículos del Bryce Echenique. Así es como va mi mañana. Ahora, que evoluciona con el tiempo. Cada vez más clara. ¿A que acaba saliendo el sol? Ya lo veréis. Tengo un casi rayo entrando por mi ventana. No digo más. Total, que con este día, que mejor que irse a la playa a ver a la familia. Me voy a llevar música, para bailar todos el bim-bó o la conga. María, nena, vete sacando el pareo. No veo el momento de ver a mi padre haciendo el baile del cubata: se pone la copa en el suelo y hay que cruzar los pies por encima de ella de manera alternativa. Sin tirarla, claro. El maestro de la cosa vive en Mengíbar, en Jaén. El Sebas. Es como el Poti, pero en gracioso. Pues nada, ya tenéis algo que practicar este fin de semana. ¡Al lío, al lío!:



(Repitan conmigo: ¡Viva la madre que parió a La Dirección! Y denle las gracias por el pedazo de canción que acaban de oír)
Y una declaración de principios, que ya hacía tiempo:



(Pa ti, María)

Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: Las letrillas que pongo al principio no son mías, ¿eh?, que luego me acusáis de plagiador. La de hoy es de los Mártires del Compás.
P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!