A trancas y barrancas

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Qué le has hecho a mi corazón
que parece que es domingo.

Así, como la colección de artículos del Bryce Echenique. Así es como va mi mañana. Ahora, que evoluciona con el tiempo. Cada vez más clara. ¿A que acaba saliendo el sol? Ya lo veréis. Tengo un casi rayo entrando por mi ventana. No digo más. Total, que con este día, que mejor que irse a la playa a ver a la familia. Me voy a llevar música, para bailar todos el bim-bó o la conga. María, nena, vete sacando el pareo. No veo el momento de ver a mi padre haciendo el baile del cubata: se pone la copa en el suelo y hay que cruzar los pies por encima de ella de manera alternativa. Sin tirarla, claro. El maestro de la cosa vive en Mengíbar, en Jaén. El Sebas. Es como el Poti, pero en gracioso. Pues nada, ya tenéis algo que practicar este fin de semana. ¡Al lío, al lío!:



(Repitan conmigo: ¡Viva la madre que parió a La Dirección! Y denle las gracias por el pedazo de canción que acaban de oír)
Y una declaración de principios, que ya hacía tiempo:



(Pa ti, María)

Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: Las letrillas que pongo al principio no son mías, ¿eh?, que luego me acusáis de plagiador. La de hoy es de los Mártires del Compás.
P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

¡Sol!

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Caracol, col, col,
saca los cuernos al sol.

Sol, sol, sol. Es viernes. Ha salido el sol. Después de una semana de lluvia. Gris. Oscura. Fea. No me gusta la lluvia. Nada. Sé que es necesaria. Que si patatín y patatán. Pues muy bien. También es necesario limpiar el baño.
Así que toca darlo todo. Como un franciscano de los de antes. Muda limpia, camiseta rompedora, pantalones de pata de elefante y ¡al lío, al lío!





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: La Endur y el Andrés, cuando pasaron a mejor vida, nos dejaron herencia. Para que no se dijera. Un grupo de amiguetes. Muy majetes ellos. Hasta nos llaman, a la María y a mí, para echar unas cañas. Para qué queremos más. Dicen que lo cuento todo. Así que no daré nombres. Luis, Alex, Rita, Miguel, podéis estar tranquilos.
P.P.P.D.: María Longuis, me encantan tus cartas desde Nicaragua. Y tus inventos de profesor Bacterio.
P.P.P.P.D.: Me van llegando de vez en cuando sugerencias vuestras. Gracias mil. Me quedo con la copla, pero siempre acabo escribiendo esto a salto de mata y suena lo que encarta. No dejéis de mandar, por favor. Gracias, gracias, gracias.
P.P.P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

Suma que te suma

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Cumpleaños feliz,
cumpleaños feliz,
te desean tus amigos...
¿de Parchís?

La Dirección cumplió años la semana pasada. Yo, que ando pensando en mi mismo, ni caí. Una vergüenza. Me enteré el viernes, que vi a la Pili. La Pili cumplió años hace un mes. Más de un mes. Yo, que ando pensando en mi mismo, no le regalé nada. Que quede aquí, negro sobre blanco, para mi propio escarnio. Mucho bailar y poco felicitar. Y como desagravio, escaso, pero público, aquí va una canción para cada uno.
Pa La Dirección:



Y pa la Pili:



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D: El Luis, Luisete, que le llama el Andrés, dice de ir esta noche a un concierto de L-Kan. En el Ocho y medio. Pues me apunto, pues. Con la María. Vamos a hacer pandi.
P.P.P.D.: ¿Sabéis que tengo otro blog? Me estoy volviendo tarumba.
P.P.P.P.D.: También fue el cumple de la Lali la semana pasada. Ya se llevó su canción de reguetón (¡gensanta!)
P.P.P.P.P.D.: ¡Más besos leñe!

La Historia me absolverá (espero)

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Perdóname,
no sabía lo que hacía.
Pérdoname,
la culpa ha sido solo mía.

No sé cómo pedir disculpas por lo que estoy a punto de hacer. Los perdones brotan de mis labios antes incluso de abrir la boca. Porque hoy, criaturitas, voy a cometer una infamia. Por lo menos. El Villas ha insistido una y otra vez. Incluso jugó la carta de Lali. Hazlo por ella, decía. Y yo: no lo veo, no lo veo. Y él: tú sabrás.
Está bien.
Tú ganas.
Lo primero, eso sí, es lo primero (es sólo la canción del principio, pero, si queréis seguir gozando, pues diez minutitos que os lleváis):



Alea jacta est. Perdón, perdón, perdón, perdón…:



Vuelvo a poner la otra, pa que os quedéis con buen sabor de boca:



P.D.: Besos a tutiplén.
P.P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

De pie

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Arrecogiendo melones,
te he visto el culo.
Y si no te lo he visto,
me lo figuro.

No siempre que uno cree que se va a morir se muere. No lo digo yo. Es Escohotado el que lo hace, un filósofo muy ‘cool’. Tras dos semanas probando los límites de la resistencia humana (no tanto, pero me gusta ponerme William Wallace), estos últimos días han sido tranquilitos. De residencia de ancianos, vaya. Tras la tempestad, ya se sabe. La tormenta trajo, entre otras cosas a La Dirección, un concierto de Barricada y Rosendo, y se llevó al Andrés y la Endur. Y aquí hemos quedado, como restos de naufragio, los permanentes bailantes. Preparados para la siguiente ola. Porque hoy, criaturitas, vuelve a ser viernes. Y eso son palabras mayores.
Es, pues, hora de guapearse, perfumarse y gustarse en el espejo con ese viejo par de pantalones gastados. ¡Vamoooooonos!





Besos a tutiplén.
P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!