Queridas queridísimas y queridos queridísimos,
Remírame morena, remírame, remírame,
Remírame morena, remírame, remírame,
Yo te remiro, porque eres muy bella,
porque eres muy bella, porque eres muy bella.
La María cumplió años este martes. Veintinueve primaveras. Y nos fuimos a celebrarlo, vaya que sí. Con una botella de buen tintorro y una colección de platillos que le hubieran levantado el alma a Nacho Vegas. Padre y madre, rumbosos ellos, habían dicho que la cena corría de su cuenta. Pues bien que corrió. Ya veremos cuando les pasemos la factura. Igual para la próxima nos mandan por fax un vale del Burger King... Que te lo has creido tú, que ellos con esas cosas no atrancan. Como debe ser.
Para festejar lo de la María, por la mañana nos preparamos una merluza al horno con gulas. Con su poquito de vino blanco para arropar el paladar y su pizquita de tarta de tiramisú para decir hasta aquí hemos llegado. Aún me emociono al recordarlo.
Lo mejor vino al terminar el día, claro. Cansados, contentos, felices. En casa. En pijama. Hablando. Hablando un poco menos. Y un poquito menos todavía. Y ya casi nada. Y ahora, ¿qué hacemos?
(Pa que no quedes tú con las ganas, Mavi)
P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!
viernes, 29 de mayo de 2009
De festejo
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2 comentarios:
Ahí está.
Japi berdei, Maríaaaaa!!!!!!!
Gatete
Di que sí. ¡Japi berdei, japi berdei!
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