viernes, 1 de enero de 2010

¡Feliz 2010!

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Todos los que cantan bien
cantan de puertas adentro
y yo, como canto mal,
canto al sereno y al viento.

Laetoli, Tanzania, hace tres millones y medio de años, más o menos. Un trío va dándose un garbeo sin saber que van a pasar a la historia. Sin saber qué es la historia, de hecho.
En 1976, una antropóloga inglesa, Mary Leakey, descubrió las pisadas que habían dejado. Y sí, cada uno se interesa por lo que quiere. Las huellas venían a decir, para empezar, que se andaba sobre dos pies mucho antes siquiera de que se pensara en usar una piedra para cascar nueces. Aunque no lo creas, tiene su importancia. Cómete una nuez con cáscara y verás lo que hemos avanzado desde entonces.
Un inciso. La tal Leaky, un par de años antes, algo había tenido que ver en el descubrimiento de Lucy. Esta moza, Lucy, no la Leaky, era un tipo de australopithecus del que hasta entonces no se tenía conocimiento. Desde Darwin incordia mucho lo de encontrar el eslabón perdido, el momento de la historia en el que se pasa de gruñir porque no encuentras las palabras a gruñir porque no encuentras el móvil. Y se creyó que podía ser ella. No lo era, natural, y lo de Lucy lo contaba porque le pusieron ese nombre por la canción de Los Beatles "Lucy in the sky with diamonds": ¿has pensado qué hubiera sido de esa canción sin el espaldarazo de la antropología?
Sigo. De lo de Laetoli hay varias interpretaciones. Aquí va una: era un grupo que venía de farra. El individuo más pequeño iba haciendo el ganso imitando al más mayor mientras que el tercero, con una curda como un piano, no podía andar en línea recta. O eso o que iba bailando, pero de parranda, en cualquier caso.
¿Crees que es mentira? No me invento nada, palabrita del niño Jesús que son estudios publicados. Tres millones y medio de años después, seguimos al pie del cañón. Dime tú si no es para tener fe en la humanidad.
¡Feliz año!

(Hoy pincha La Dirección y abre el año, porque envía unas coplas que quitan el sentío y porque pa eso es quien manda)





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

3 comentarios:

un sanlorentino dijo...

¡Feliz año! A ver si nos vemos un día de estos, mamón.

Anónimo dijo...

Que me gusta que empiece el año y que se me haga caso, leche. O que se me haga caso y punto, vamos.

Así, sí da gusto.

La Dirección.

Er Alberto dijo...

Pues parece que nos hemos visto pronto, sanlorentino, que eres muy impaciente, leñe.
La Dirección, me he propuesto empezar el año bien, respetando a los que mandan. O no, ya se verá, pero usted siga mandando esas coplillas, haga el favor.
Besos y abrazos.

 
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