viernes, 3 de junio de 2011

Ordalías

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

El día que atronó tanto
iba en busca de mi novia,
por si se acaba el mundo
irme arrimando a la gloria

La Justicia ha avanzado una barbaridad. Quizá ahora no te lo parezca, pero deja un momento el periódico y léete un libro de Historia y verás. Cuando era algo más joven, estaban muy en boga las ordalías. Esto calculo que sería, sobre poco más o menos, allá por la Edad Media. Hoy tenéis el Internet y, en el momento en el que dudáis de algo, lo buscáis en el Google y lo que dice la primera búsqueda va a misa. Antes eran los que decían las misas los que hacían la primera búsqueda y no te imaginas cómo se las gastaban.
La ordalía, como bien sabéis, era también conocida como juicio de Dios. No sé si has tenido tiempo de echarle un ojo al Antiguo Testamento, pero aquellos fallos eran como si pones a George Bush de Ministro de Justicia en Islamabad. La versión larga es que tenías dos posibilidades: salvarte o palmar. La versión corta es que la fregabas seguro.
Con estos antecedentes se llegó a un momento en el Medievo en que por cualquier fruslería alguien te señalaba con el dedo y decía, qué se yo: "¡hereje!". El señalado se ponía blanco y empezaba a balbucear: "pero si yo, si yo". "Ni yo, ni gaitas: ordalía". A todo esto, siempre había uno que había puesto a calentar una barra de hierro en la hoguera. Cuando estaba incandescente, la depositaban sobre la mano del sospechoso. Si se quemaba, iba al hoyo y, si no, pues se salvaba, le invitaban a una ronda y no te lo tomes así que era todo una guasa. Estos últimos casos no están muy documentados, la verdad.
Una noche de esas tontas, allá por el siglo XV, se encontraba un servidor por una taberna, trasegando vino y charlando con desconocidos. La posadera, con un busto muy del gusto de la época, andaba despachando por las mesas con el desparpajo que siempre correspondió a las casas licenciosas. Esto era mucho antes de que fueran los hijos los que prohibieran fumar a los padres, sí. Como corresponde a semejante estampa, habló uno, con un vocabulario propio de los tiempos que vivíamos que, por entonces, no era tenido por ofensivo.
"A fe mía que esas tetas elevan el espíritu y tiran de mi alma con fuerza incomparable". Sensible a su modo. Hombre de razón como soy, espoleado por el vino y ya que se habían puesto sobre el tapete cuestiones de fe, quise entrar al trapo: "Leñe, más tirarán dos carretas". ¡En qué hora!
El otro, que estaba pendenciero, me miró y me dijo sotto voce: "Acaso contrapones fe y razón o ¿no te entendido bien?". Como en cuestiones de salvar el pellejo siempre he sido muy de Galileo, le dije: "¿yo? ¡ni mijita!". Era hora de irse del bar también como Galilei, susurrando: "pero tiran más dos carretas".
El devenir de los años, de muchos, muchísimos años, trajo el siglo XXI y a La María. La María no lo confesará jamás, pero a mí no me la da con queso. Yo sé que está pagada por aquel hombre que me retó en la tasca. La María me dijo, hace largo tiempo, que ella era de las de casarse. No le dí mucha importancia, la verdad.
Te contaría que me deslumbró su inteligencia, su carácter y sus chisposas ocurrencias. Todo eso lo tiene, es cierto, pero mentiría como un bellaco. Mientras ella hacía estás declaraciones de principios yo babeaba por su tipín y sólo decía "sí, sí, ajá, ajá, claro, claro".
Casarme no entraba en mis planes. Jamás de los jamases. Nunca. En la vida. Ni de broma. Ja, ja y ja. Tururú pajarito. Mañana me caso con La María.
Quería hacer un post bonito, contar una historia pequeña, un destello, un instante. Esa anécdota, hermosa y divertida, que resumiera en una frase brillante lo que somos y dónde estamos. No había manera y, como Serrat, he buscado inspiración por la casa.
En el bolsillo de mi pantalón, ese que dices que me queda tan bien, he encontrado el ticket de último regalo que te hice. Lo he guardado, que es la garantía, y he seguido con mi tarea. La camiseta que me compraste tiene dibujada una niña que sueña la luna, pero no tiene bolsillos que rastrear, así que tampoco me ha valido.
"¡Mi mesita!", me he sugerido. Allí tengo guardados varios dibujos tuyos: me he reído un buen rato, como siempre que los veo, pero seguía sin funcionar. No he querido rebuscar en tus cosas, claro, y me he ido quedando sin material.
Me he sentado otra vez en el sofá planteándome cómo decirte que no sabía cómo decirte. Entonces he visto que teníamos la casa echa una pena después de estas últimas semanas de ajetreo. Las pelusas se retaban con los platos sucios y el duelo prometía ser encarnizado. Los papeles atacaban un tercer flanco, mientras que en el baño se hacía fuerte una artillería de bacterias.
He pensado que no me queda poesía, pero sí un buen par de brazos enclenques, y me he puesto a la tarea. No le van a dar el premio a la casa más lustrosa de Madrid, pero cumple los estándares de salud. Garantizado. No se me ha ocurrido otra manera de decirte lo que no sabía cómo decirte. Hoy hay una sola canción y es solo para ti. Muaka.



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!

P.P.D. ¡La canción del viernes! se va de vacaciones dos semanas, leñe, que ya está bien. Trasnochad mucho, hacedme el favor.

P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Albertoooo, qué emoción leerte hoy, bueno, siempre también, pero hoy ha sido muy bonito y sobretodo con esa poesía urbana que te caracteriza, ya me gustaría a mi que me limpiaran la casa y encima con amorrr!!!
Disfrutad mañana como monos, ayyy, qué pena, leche!, no poder estar! Os acompaño en espíritu y ya tengo contacto directo para saber en el momento ;-)

un beso enorme a los dos,
desde el sur ya se oye a grito pelao:
VIVAN LOS NOVIOS!!!!
VIVAN!!!!!!

Ana JR

María dijo...

Solo puedo decir: buaaaaa, qué bonito. Eres lo más mejor del mundo y lo sabes. MUAK

LuisJa dijo...

Quién dijo que el romanticismo había muerto????

Ole, Ole y OLE!!!

Di que sí, pero no olvides Albertucho, que el amor hay que alimentarlo día a día y semana a semana, así que ya sabes quién va a limpiar el baño a partir de ahora...

Digo yo que nos vemos pronto no???

Un abrazote!!!

La Dirección dijo...

Ejem... Dadas las circunstancias, por una vez no voy a discurrir sobre sus apetencias laborales. Que ustedes lo disfruten!

P.D. Dos semanas, Señor Trabajador, dos semanas. Tal y como estipula la Ley. Y nos volveremos a ver...

Antonio Hermán Zurita dijo...

QUE VIVAN LOS NOVIOS!!!!!. leñes!!!
Espero y deseo que mañana disfrutéis de lo lindo y como tú dices trasnocheis muchooooo!. Me quedo escuchado la canción de viernes!!
Desde Sevilla un beso enorme a los dos!! y vamos que nos vamossssss.....

Anónimo dijo...

Hola:
Desde el corazón de la subbetica les propongo a ambos, que sé yo, que igual les apetece compartir ese amor conmigo - no, no, no es para un trio, la vergüenza me puede aún - pero tengo un par de escobas y un fregona que haría las delicias de mi cueva y de vuestro cariño mutuo.
Un abrazo para los dos... que aunque no vengan a limpiar, ya los quiero...

Er Alberto dijo...

Os respondo con mucho retraso, que la resaca ha sido de órdago, disculpadme.
Ana, mil gracias, lo pasemos genial y te echamos mucho de menos. Para la próxima te quiero ver aquí.
María, ¡qué te voy a decir!
LuisJa, eres un mamón. Creo que hemos vuelto a las andadas de no limpiarlo mucho, pero no se lo cuentes a nadie.
La Dirección, gracias por el permiso. Como puede ver he regresado a i puesto de trabajo.
Antonio, muchísimas gracias. Ya te lo dije, pero que quede también aquí negro sobre blanco y como si tuviera veinte años menos de los que calzo: ¡tío, qué pasada de cuadro nos has regalado!
Nono, yo creo que si vienes a limpiar a casa ahora, íbamos a caer rendidos en tus brazos.
Mil gracias a todos. Besotes

 
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