viernes, 27 de enero de 2012

La fiesta del nabo

Queridas queridísimas y queridas queridísimos,.

Con el traje de colores
como el brillo del cielo
baila entre nabos Jarramplás
con la máscara con cuernos

"Tiene usted que ver esto". La Dirección me mandó un enlace ayer a su blog: La fiesta del nabo. Como hace mucho que no voy a Sevilla, no sé por qué bares se mueve ahora el jefe. Habrán reabierto el "Glory hole", me dije, y pinché el link. En el trabajo. La fiesta del nabo. ¿Te puedes creer que en ese momento se acercó mi jefa a mi ordenador? Créetelo.

"Bueno, sí, pero se ve a la legua que es una fiesta popular y tal". ¿Sabes cuál es la leyenda que aparece en primer plano en -voy a escribir la palabra, sí- la bitácora del mozo? "El blog de los de 'esta me la chupo yo". Como lo lees. Casi termino diciéndole a la súper que el gato es mío y me lo ejem cuando quiero. Entenderás ahora que me queden dos días (reales) en el curro. Menos mal que ayer tenía una entrevista.

La entrevista era en grupo. "Haced un dibujo para presentaros". Flipa con la zagalería. Una moza dibujo un sol sonriente amaneciendo sobre un río y unos jipis en un prado. Palabrita. En dos minutos. Le faltó colorearlo. Bueno, eso y decir que a ella no se le veía porque era la Creadora. A ver si adivinas quién hizo el más cutre. Claro que lo adivinas.

Me garabateé en plan muñeco de raspa. "¿Y qué más?", me preguntó La María. "Me he puesto un buen nabo, a ver cómo me quedaba". "¿Y qué tal te quedaba?". Se le escapaba la risilla, a la muy humilladora. "Me voy a dejar el que tengo, que no me gusta presumir". ¡Qué mirada! De la esperanza a la decepción en milésimas. "Pues bien que presumes de lo bien que cocinas", me estampó, y se fue dando un portazo.

"Visite La fiesta del nabo y dígame si no merece un hueco en su blog", terminaba el mail de La Dirección.Una enciclopedia se merece, La Dirección, una enciclopedia.



El de arriba es un temazo que se ha mandado la María con reflexión: ¿Y si dejamos de pagar tasas? Sí, hombre, a ver si vamos a hacer lo que nos dé la real gana.

Si no pongo esta coplilla ahora, tú me dirás cuándo:



Y aquí, el ínclito Jarramplás: el nota al que corren a nabazos



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 20 de enero de 2012

Diez de cien

Queridas queridísimas y queridos queridísimos

Que eu traio unha borracheira
de viño, que auga non bebo
Mira, Mira Maruxiña
mira, como eu veño (*)

Diez tabernas. Cien años. Una misión. El sábado nos cogimos una papa de autor. Los autores son así: tienen cocina, vino, joyas y cine de ídem. Hasta una agencia de viajes de autor vi el otro día. Palabrita del niño Jesús. Allí es donde debía comprar el peyote Jim Morrison.

A lo nuestro. "A partir de ahora tendremos clase, cultura y savoir-faire". Así es como nos conjuramos la Fátima, el Paco y un servidor en Bodegas Sierra. Parecíamos futbolistas antes de un partido decisivo. La propuesta, como te imaginas, era recorrerse diez tascas madrileñas con más de cien años de historia. Como lo bien compartido, bien sabe, aquí va el listado:

Las cañas finales. Palabrita que creía que estaba enfocado.
1.- Taberna del Abuelo. Por Acacias. 103 años. Barra de estaño. Tapas: patatas y aceitunas. Música rock. Grande entre los grandes.

2.- Los caracoles. Por Puerta de Toledo. 97 años (hicimos media con el de antes). Lo debieron remodelar mientras veían la primera temporada de Cuéntame. Tienen siempre una cacerola al fuego con unos caracoles guisándose. Los del fondo seguro que conocieron al fundador.

3.- Ricla. Calle Cuchilleros. 140 años. Barra de estaño, columna en medio del bar y vinos para aburrir. La única tapa decente del recorrido y fue una rodaja de morcilla.

4.- La casa del abuelo. 106 años. C/Espoz y Mina, creo. Barra de marmol, caro y sin tapa, pero empezaba a dar igual. Seguro que sale en todas las guías de Madrid.

5.- Viva Madrid.  Aquí entramos ya gritando "¡Viva!". 160 años, nos dijeron. El encargado era chino, la barra de estaño con un cristal por encima y, entremedias de ambos, unos cuanto platos preparados con delicias asiáticas. Desconcertante.

6.- Casa Alberto. Ciento y pico años. C/ Huertas. Barra de estaño, aceitunas de tapa y un chorrito de agua que sale de una cabeza metálica de león que da muchas ganas de hacer pis.

7.- El Parnaso del Príncipe. 1823. En la calle de enfrente de Casa Alberto. La fachada está alicatada con azulejos de Espronceda, Larra y otro muerto más. Dentro es una cervecería irlandesa donde te sirven medias pintas a precios del S. XXII.

8.- Casa Labra. 18--. Enfrente de El Corte Inglés de Preciados. Es muy conocido por los pinchos de bacalao que pone y, bastante menos, porque en la trastienda de este bar fundó Pablo Iglesias el PSOE. Igual ha llegado el momento de fundar un bar en la sede del partido y vender bacalao. Hay que adaptarse a los tiempos.

9.- Casa Sierra. 97 años. Ya le vale. En la plaza de Chueca. Aquí se gestó la ruta, así que la incluímos en la lista. Especialidad en simpatía. El bar donde iría Chuck Norris. Pide, paga, bebe y vete. Todo lo demás se considerará ofensivo.

10.- Vinos el 2. 1860. C/Sagasta, 2. Si Los caracoles lo remodeló el decorador de Cuéntame, la obra de aquí la hizo Dexter. Podrías matar a una docena de hombres y limpiarlo pasando una balleta húmeda. Azulejos blancos hasta donde se pierde la vista. Un buen sitio para el descanso de Hannibal Lecter.

11. Café Comercial. Más de cien, sí. En la Glorieta de Bilbao. Una cafetería de esas de literatos como el Café Gijón. Tienen hasta un club de ajedrez, no te digo más.

Al final nos salieron 11, pero es que nos tomamos la cultura muy en serio. Ponte tres más. ¡Salud! 






Bonus track. Para ti, galego:



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 13 de enero de 2012

Madrid, Madrid, Madrid

Queridas queridísimas y queridos queridísimos

Tus labios sabían a menta
y a la verdad más desnuda
desde que te operaste
saben solo a gomaespuma. (El Fidel, cuando andaba con La Lengua Suelta)

El saludo en Madrid es un artículo de lujo. Ponte en el portal de tu casa, hazte con un compás hermoso y traza una circunferencia de un metro. Todo vecino que queda extramuros de esa línea es incapaz de reconocer tu cara. Aprovecha y atrácale, que le va a echar la culpa a un inmigrante.

Más allá de esa frontera, una pandemia amenaza al capitalino: la tortícolis del conocido, y ríete tu de la propagación del ébola. Esta dolencia provoca una extrema rigidez de cuello cuando se divisa una cara familiar.

El esternocleidomastoideo se contrae, las cervicales se pinzan y cualquier movimiento de cabeza se torna imposible. Como síntomas secundarios, la visión se desenfoca y la mirada se pierde en el horizonte. He visto chandaleros ir a pillar al polígono con más vida en sus ojos.

Ayer estuve viendo la tele. Como sabes, no la veo nunca, apenas algún documental de La 2. Lo que pasa es que no se qué le pasó a la TDT que no la sintonizaba y no me apetecía releerme la trilogía de Javier Marías, así que hice zapping. Vi el principio del Osasuna-Barcelona, Cuéntame cómo pasó, Un país para comérselo y, después, una cosa que se llamaba CHC. ¿CHC? Eso qué es, ¿un insecticida?

Pues no, es un programa que se traduce por "Cómo hemos cambiado". Hemos cambiado tanto que somos supermodernos y llamamos a las cosas de la tele por sus iniciales. Ves la parrilla y parece aquello la composición del Parlamento italiano. Un día de estos van a ponerle flequillo y pantalones de pitillo a las siglas.

La cosa es que hablaban de la vida rural y esas historias. De lo dura que era la vida en el campo pero, a la vez, de lo gratificante y relajada que resultaba. Media docenita de años tendríais que ir a un villorrio a gozar de la tranquilidad.

Aquí en la meseta tus vecinos hacen como que no te conocen; la gente hunde la mirada en el suelo del metro para no cederle el sitio a una anciana embarazada con muletas; los camareros que todavía no llevan una camiseta negra ceñida para demostrar que son actores usan chaquetilla blanca y te dejan muy claro que lo más bajo que puedes ser en un bar es un cliente y bla, bla, bla.

Mira lo que te digo; cualquiera de esas cosas en Madrid me gustan más que un rebuzno en Pedorretas del Río. ¿Será que de pequeño me caí en la marmita de las provincias olvidadas? Puede ser, pero, ¿qué quieres que te diga? MMM. Madrid Me Mola.

Nota: Para la realización de este post no se ha maltratado a ningún moderno. No tengo nada en contra de los modernos: algunos de mis mejores amigos llevan Converse. Tampoco soy de Bildu.



La Dirección se ha mandado la exhibición de posturitas de aquí arriba y me ha dejado con la boca abierta. Encantado estoy. Gracias, jefe.



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 6 de enero de 2012

Dudas reales

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Ya vienen los Reyes Magos,
caminito de Belén,
olé, olé y Holanda, y olé
Holanda ya se fue.

Si fuera guionista de un concurso, daría el premio gordo a quien supiera qué es la mirra. Pa mí que los Reyes Magos rellenaron la última caja con lo primero que encontraron. O eso es lo que creía hasta ahora. Mira, que te copio de la wiki:
La mirra (del latín myrrha, y éste del griego μύῤῥα) es una sustancia resinosa aromática. Se obtiene haciendo una incisión en la corteza del árbol Commiphora myrrha, de la cual exuda una resina gomosa.
Ajá. ¿Tú sabes de dónde viene la grifa en sus orígenes primigenios? De Asia, es decir, de Oriente (sigo fusilando la wiki). Sí, en Marruecos también hay, y ya sé que tu apoyas el desarrollo sostenible y el consumo de productos locales, pero no estoy hablando de eso. Por ahora.

Lee otra vez la parte en negrita de la cita. Por ahora tenemos "una resina gomosa" que viene de Oriente traída por unos camellos. Sigo. De toda Europa, ¿cuál era el único país donde te podías fumar tan ricamente unos leños de aquí te espero? Ahora vuelve al villancico del inicio. ¿Tú no te preguntabas dónde se iba Holanda cuando venían los Reyes? Hoy lo sé.

Holanda se va al guano. Desde el 1 de enero de 2012, los forasteros no pueden liarse su trocolo en los coffe shops. A mí no me mire, señor guardia, que no fumo, pero a ver si va a ser este el comienzo del fin del mundo. Ahí lo dejo. Me voy a comprobar si fue Nostradamus el que escribió el villancico.



El tito Andrés se manda la coplilla de abajo con una introducción un tanto críptica: "Bertolucci and Sara, todos tenemos un rockabilly en nuestro corasón. Old times, always good times!!". No tengo ni idea de quién puede ser la tal Sara ni si Bertolucci es rockabilly. Lo que sí sé es que, evidentemente, sin rockabilly se puede ser feliz, pero menos: ¡Larga vida al rock & roll!



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!
 
Personal Blogs - Blog Rankings