Flying Burrito Couple

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Que sí, que sí, que sí, que sí
Que a la Parrala le gusta el vino
Que no, que no, que no, que no,
Ni el aguardiente, ni el marrasquino.

La María y yo nos vamos para Londres en unas horitas. Londres es un país muy peculiar. Allí hablan un inglés muy raro que solo entienden entre ellos. Son como masones del idioma. Tú te vas a, pongamos por caso, Sri Lanka y te encuentras allí con un griego, por ejemplo, y te pones a hablar inglés y, oye, como si fuerais los dos de Burgos. Te dan ganas de enmendarle la plana a Shakespeare. Ahora tú llegas a Londres, a un pub, que quieres dos cervezas y que le dices al camarero: “tu paints, plis” y te mira con cara de UFO. Vamos a ver, alma de cántaro, si estoy en un bar, te estoy señalando el grifo con una mano y mostrando dos deditos con la otra: ¿qué te estaré diciendo? Eso es, que tu mujer se está cepillando al repartidor mientras me tienes aquí muerto de sed. Que lo sepas.
Pero no vamos a Londres a practicar idiomas, que va. Resulta que allí están la Endur y el Andrés. Y viven en Notting Hill. Y tienen un pub en la puerta que se llama Wellington. Así que la María va por el barrio y yo porque tengo curiosidad por conocer el bar del duque de Ciudad Rodrigo que dice la wiki que expulsó a los franceses de España. Ja. Si lo lee el Pérez Reverte, la manita de hostias al editor no se la quita nadie. Lo que pasa es que era español, coño, que a ver quién, si no, se dedica a ganar batallas para luego volver a su pueblo a montar una tasca. Estoy por llevarle un dominó al dueño.



(Todo un hallazgo del Andrés. Gracias, mozo)



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: Que no, que vamos por vosotros, tontorrones.
P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!