Queridas queridísimas y queridos queridísimos,
Tengo el cuerpo lleno de coplas,
que parece un avispero.
Se pegan unas con otras,
por ver cual sale primero. (*)
Sólo he entrado una vez a un whiskería. Te diría que iba achispado y me llevaron pero, como no me vas a creer, te confieso que fui solo y a comprar tabaco. Se empieza fumando y se termina en un club de alterne, ya ves.
La verdad es que me planté allí sin saber lo que era. Acababa de llegar de provincias y no tenía ni idea. Al club este le acababan de dar unos días de permiso en Cuéntame. Mucho terciopelo, mucho color rojo, una barra acolchada y tres señoras detrás de un escote que se me quedaron mirando en cuanto pasé la cortina.
"¿Tenéis tabaco?". Oye, como el que va a la farmacia y pide una caja de ibuprofeno, otra de tiritas, algodón, un cepillo de dientes y sale sin condones. Me fui de allí con una caja de Winston, que es lo que se fuma en esos sitios.
El otro día volvía con la María de echar unas cañas cuando lo oímos por la calle: "¿Tú sabes lo que es una whiskería?". Eran un par de zagales roneando a una zagala, que ya me dirás si esas son formas, pero no todo el mundo puede ser Arturo Fernández. La moza, segura de sí, les contestó: "Pues claro". Ya tendría sus buenos veinte años, no te creas: "Es un bar donde te ponen whiskys de malta"... La María casi le estampa una carcajada en la cara, no te digo más. Yo me limité a encenderme otro Winston, el tabaco de la gente elegante.
Besos a tutiplén.
P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!
viernes, 14 de octubre de 2011
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4 comentarios:
Hunting Looooooooooooodge!!! Haloweeeeeennn! Sandirulá!
Por timidez estoy dudando en relatar un esperpéntico episodio, vivido o no, relacionado con "whiskerías": locales, como bien dice mi desconocido amigo Alberto, en lo que nadie sabe por qué uno alguna vez en su vida entra. Todas o casi todas las “whiskerías” tienen dudosa reputación en todos los ámbitos, todo depende del nivel social en el que cada uno se mueva, pero por norma general tienen fama de: garrafón, tabaco de "importación", señoras y señoritas de reputación "intachable" de whiskería pa'fuera, estética "retro-escotil" y señora mayor que salvo por sus ropas podría ser perfectamente al “tita” soltera de cualquiera. En cualquier caso que en muchos casos cumplen con una función más relacionada con el psicoanálisis que con el oficio más viejo del mundo.
Ay, Jesús, que me da a mí que tú cuando no estás de afterhours estás de beforehours. Casi que dejamos la incógnita de tus historias. O no, qué diantre, tú decides.
Un abrazo, leñe
La Dirección, anda que no le gusta a usted el alpiste y la jarana. Dejé la copa, hombre, que sólo le entiendo yo. Halloweeeeeeeeeen!!!
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