viernes, 7 de junio de 2013

El secreto de Camarón

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Cuando estaremos, mañica
como los pies del Señor:
uno encimica del otro
y un clavico entre los dos

Los esquimales son unos tolais. Con eso de los tipos de blanco, digo, y que si distinguen seiscientos treinta y tres tonalidades distintas y tienen ocho mil doscientos nombres para cada una de ellas. Ja. Mira cómo me río. Ja, ja. Unos amateur es lo que son. Los que chanan de estas cosas son los ingleses.

Allí, en la Gran Bretaña, en los trabajos te dan una fichica para que las rellenes con tus datos personales. Casi la mitad de la hoja la ocupa la pregunta sobre tu grupo étnico y viene con veinte posibilidades. Para que te hagas una idea, si eres cristiano viejo estás en tercer lugar. Te colocan por debajo de "blanco británico" y "blanco irlandés", en "blanco - otros". Blanco roto, vamos. No importa, en realidad, solo te lo digo para que seas tolerante con los que hemos sufrido discriminación racial.

Camarón tenía el síndrome de Michael Jackson. Que era negro, pero que se decoloraba. Con el corazón en la mano, jamás se me había pasado por la cabeza esa posibilidad. Hasta hace una semana, si me hubieran dicho quién ha sido el tío más gitano de España hubiera dicho el Camarón. Bueno, hubiera dicho otra cosa, pero no lo escribo, que tú eres de llamar racista a cualquiera. Tanto me da, luego se lo voy a contar a La María, que esas son las cosas que desatan su escalada de Violencia y Humor y me voy a echar unas risas que te pasas. Un día la tengo que grabar comentando "Mil maneras de morir".

Mi cuñao fue el que me abrió los ojos. "Tienes que ver esto", me dijo. Todavía no doy crédito. Allí estaba Camarón, rompiendo las pistas de baile. ¿Qué le pasó? ¿Cuándo empezó la transformación? ¿Fue un problema de aceptación? ¿Era un gitano atrapado en un cuerpo de negro?

Dejemos esas cuestiones, que quizá no resolvamos nunca, para los eruditos y quedémonos con las palabras de Felix Rodríguez de la Fuente: "No perdimos a un cantante de funk, ganamos a un flamenco".






Y, por supuesto, Camarón está vivo:



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

2 comentarios:

Juan dijo...

¡Pos claro que Camarón está vivo! Lo que pasa es que ahora se llama Ramón y (sobre)vive en la Alameda sevillana. Lo del Soul Train fue un arrebato de flamenco funksion.

Por cierto, al laíto de mi casa vende botellines a 50. Eso sí, céntimos, pero, ¿dónde están están los rockeros que le cantan a los buenas bares? "... Plaza de San Juan de la Palma calling to the faraways towns..."

Er Alberto dijo...

Ve usted camarones por todas partes, La Dirección. Reserve unos botellines para cuando pase la calor del verano (si es que llega) que habrá que hacer una visita.
Por cierto, ya me explicará la referencia rockera chovinista, que mi ignorancia es enciclopédica.

 
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