viernes, 25 de noviembre de 2011

Compromiso

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Desde que te vi persignarte,
mis ojos fueron testigos.
Quién te pudiera besar
donde dices enemigos (*)

Los centros de poder son muy de metáforas. Tú vas a un congreso de gente importante y todo son imágenes y parábolas, así como muy abstracto. Me refiero a aquellas en que dejan entrar a los pelanas, no al Club Bildeberg ni al escondite del Dr. No. Debe ser para que no les pidan cuartos.

Una de esas imágenes que gusta mucho es la que explica los matices entre implicación y compromiso en una empresa. Un segundo, que me pongo el traje de las palabras definitivas: "¿Sabéis -dice el ponente de turno- la diferencia entre ambas?". Pausa dramática. "Cuando desayunas, por ejemplo, unos huevos fritos con bacon -continúa-, la gallina está implicada; el cerdo está comprometido". El auditorio plas, plas, plas y tú pensando que alguien quiere convertirte en guarro.

Como en estos encuentros también gustan mucho los proverbios chinos y demás aromas orientales, voy a tirar de la lengua mandarina: ¿sabías que en China tienen la misma palabra para decir "me he leído un libro de autoayuda empresarial" y "vaya turra te voy a dar"? Eso sin tener en cuenta que, al menos en mi pueblo, la comida de la mañana es la única que va sin colesterol de serie. Cerdo y enfermo. Gracias.

A lo que venía todo esto, criaturita, es a que tienes por delante un hermoso fin de semana. ¿Eres de implicarte o de comprometerte? Y, sobre todo, ¿eres de los que dan hasta la última gota?

Venga, a coro:





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D: ¡Más besos, leñe!

viernes, 18 de noviembre de 2011

Peregrinación

Queridos queridísimos y queridas queridísimas,

El corzo saltó la cerca
para comer las lechugas;
quíen poseyera sus ancas
para alcanzar tus pechugas. (*)

La Meca queda a 7.488 kilómetros de casa. Lo pone el Google, posible candidato a canonización civil después de Steve Jobs y Guardiola. ¿Hay algún lugar mejor que Google para vivir? Si hubiera un lugar donde hicieras pis y no se te cayera la gotita en el calzoncillo, ese sería Google. Está el tercero en la lista porque los otros dos pretendientes a la santidad ni siquiera hacen pis. En especial, el primero.

Pues bien, si quisiera ir andando hasta La Meca desde la puerta de mi casa, tendría que dar un pequeño rodeo y sumar otros 600 kilómetros más a los siete mil y pico de ir en coche. Total, 43 días y 6 horas andando, según esta gente de Silicon Valley. Si haces la media te salen a unos 190 kilómetros por jornada, así que nada de pararte a mirar escaparates.

Hay peregrinaciones físicas y las hay sentimentales. La Agustina, en Sevilla, te ponía las patatas fritas con las manos. Las sacaba de un barreño azul de los de recoger la ropa y te las servía por un ventanuco junto con un filete empanado. El típico sitio para quedar bien. Antes de esto había estado el Montana, en Jaén, en aquellos tiempos lejanos en que los menores bebían y fumaban en los bares. Palabrita del niño Jesús, que seguro que también estaba por allí.

Después de eso llegó el Savarín. El Savarín era, y espero que siga siendo, el mejor bar de Huelva. Si la guía Michelin hiciera honor a su nombre, le pondría las tres estrellas que indican que "merece el desvío". Salsa, grasa y fritanga a partes iguales dentro de un bollo de pan. Insuperable. De no ser por este local, de hecho, a saber qué sentido tendría Huelva en la geografía andaluza. Dios escribe recto pero con renglones torcidos. Cuento esto para que veas lo despreciables que somos los advenedizos.

Yo, que como con las manos, y ni siquiera me las lavo; que me chupo los dedos al zampar langostinos, que hago sopas sin parar y que, cuando voy a sitios finos, me limpio con el mantel. Yo, que he sido tantas veces vil, como diría Pessoa, voy a una conferencia de Adriá dentro de unas horas. Qué quieres que te diga: cada cual tiene su meca. A la mía se llega en metro.







Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 11 de noviembre de 2011

36

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Me llevaste a los Desmayos
haciéndote la inocente
me sacaste veinte duros
como si fuera un cliente.

Hegel estiró la pata hace 180 años. El chico tenía los 61 cuando una epidemia de cólera le hizo dejar el tabaco de golpe. Hasta entonces le dio tiempo a ser un referente de la metafísica, influir a Marx, Nietzsche, Heidegger, Kierkegaard y Sartre, entre otros. Era un crack para animar las fiestas, sí.

En verdad, no la fregó exactamente hoy, sino un 14 de noviembre. Dentro de tres días, como el que dice. Esta fecha, sin apenas importancia para ti, a mí me marcó. Casi un siglo y medio después me trajeron al mundo. Lo puedes ver como una metáfora de que la Naturaleza es capaz de lo mejor y de lo peor. Efectivamente, yo no le he amargado la adolescencia a millones de estudiantes.

Este lunes cumplo la edad de Cristo si es que hubiera llegado a los 36. Como los cumpleaños son momento de hacer balance me congratula bastante haber dejado atrás la etapa de la crucifixión, la verdad. Igual mi mensaje llega a menos gente, pero con que me leas tú y pueda comer kikos, ya me llega.

A ver cómo te diría esto. Cada uno tiene sus cosas y una de las mías es que me feliciten por mi cumpleaños. Puedes hacerlo por cualquier medio que se te ocurra y, si bien es cierto que tengo capricho de un viaje en plan colonialista, me vale con una llamada, un mail, un comentario en este blog o un modesto palacio en la medina de Marrakech. Elige lo que prefieras y date prisa, que no vale repetir.

Nota: Hoy pinchda La Dirección, que se lo ha ganado y que, por cierto,además de dirigir este blog tiene el suyo propio con el subtítulo: "Esta me la chupo yo". No sé que más decir al respecto. Si te gusta chupártela, este es tu sitio: Atlético Festivo






Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 4 de noviembre de 2011

Sin fuste

Queridas queridisimas y queridos queridísmos,

Con mujer de mala fama
no se debe andar de noche,
por eso es aconsejable
no andar y llevarla en coche. (*)

Uno es presa de sus contradicciones. Toda una vida de lucha y entrega para acabar cayendo como un mendrugo en la primera tentación. Era miércoles, llovía en la capital y volvía de un fin de semana largo e intenso en Granada. Me acerqué a la barra, miré al camarero como sólo sabemos hacer los que hemos visto todas las películas de Clint Eastwood y le espeté: "Una sin". Tanto ver Harry el Sucio y, a la hora de la verdad, lo que te deja poso son Los puentes de Madison.

Un tropezón lo tiene cualquiera, me dije justo antes de pedirme otra. Por alguna razón quería darle una oportunidad a lo nuestro. El botellín lucía como si fuera la propia Meryl Streep:
- No quiero necesitarte.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué? Porque no puedo beberte
¿Sabías que los chinos tienen la misma palabra para "sin" y para "esto no hay quien se lo trague"? La María, en cambio, tiene dos para nombrar ese bebedizo: "sin fuste" y "sin gracia". Preso de despecho, arrojé la bebida contra la triste imagen que me devolvía el espejo del bar. "Póngame un vino blanco, a ver si se me quita este sabor". Dos me tuve que tomar. Mano de santo.

Me acordé de un cura de de Jaén que en sus clases de Religión dicen que decía cosas como: "El pecado es como la 'sin', que al principio no te gusta, pero si la pruebas te acaba gustando". En realidad, la comparación era mucho más escatológica. Sólo tienes que sustituir la palabra 'sin' por otra y te saldrá la frase exacta. Seguro que puedes hacerlo. Empieza por "m". No me gustaría que me invitará a comer ese señor, la verdad.

El caso es que la teoría hace aguas. He probado la 'sin'. No me gusta. La he vuelto a probar: sigo sin poder con ella. Pecar ya es harina de otro costal y hay pecados hay que saben a gloria bendita.Como las cañas y como las malas compañías. Qué te voy a contar que no sepas. ¿Te hace una cervecita?





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: La Dirección llamó el viernes pasado. Dice que la canción de la Mari Carmen del otro día no es de La Pegatina, sino de unos notas de Huelva. Estuvo hablando con La María, que fue la que cogió el teléfono y le contó un árbol genealógico plagado de apodos que ahora mismo me siento incapaz de descifrar. Si alguien tiene información al respecto, será bienvenida.
P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!
 
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