viernes, 30 de abril de 2010

Genes revoltosos

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Cinco lobitos tiene la loba
blancos y negros detrás de una escoba
Cinco tenía y cinco criaba
y a todos los cinco tetita les daba

Hoy nadie quiere saber nada de Lamarck. Pregunta por la calle y verás rostros de fingida ignorancia. Como si les hablas de la última edición de Gran Hermano. Hubo un tiempo en que no era así, ni mucho menos. Allá por los inicios del XIX, las tabernas eran un hervidero de ansias de saber donde corría de boca en boca la pregunta: "¿Tú crees que la función crea el órgano?".
Un poco de contexto, sí. Hasta esa fecha, la vida surgía por generación espontánea y los seres vivos eran inmutables. Te lo digo para que te pienses esa risita condescendiente por lo que viene ahora. A ver cómo te lo cuento.
A ti te gusta darle al frasco, ¿no? Pues hazte a la idea de que no te apetece lavar ningún vaso de la pila del fregadero y no sabes cómo soplarte la ginebra que fabricas en la bañera. Metes la mano, claro. Ahí ya estás perdido. Mitad por pereza, mitad por costumbre, decides que, solucionado el problema, para qué te vas a poner a limpiar, que es un engorro.
¿Qué ocurre? Que esa mano, por el uso y abuso, va cogiendo forma de vasija. Y no sólo eso, no. Además, esa modificación se la transmites a tu prole, que lo tendrá mucho más fácil para tomarse un lingotazo. Bonita herencia. De aquí partió Darwin, por si te interesa, que a ése sí lo conoces porque sale en la etiqueta de Anís del Mono.
Vuelve a leer el segundo párrafo, anda.
La explicación sobre la transferencia horizontal de genes me la voy a ahorrar, que se me está abrochando el primer botón de la camisa. Tan sólo confiad en mí en lo que viene. Me he pensado mucho si decirlo o no, porque el español es de natural envidioso, pero la verdad debe prevalecer.
Maite, la hermana de la María, dio a luz a un Mateo el miércoles pasado. Es tan guapo que me he dicho, cómo es posible que esté al mismo nivel que Pablo, el crío de mi hermano y Lola, si ni siquiera se conocen. Ahí no más me he dado cuenta de que nos hemos contagiado genes. Sí, ante ausencia de riqueza, precisamos de una belleza excepcional en nuestras familias. Decidme que no:














(viene preparado de serie para manifestaciones varias)

Otra perla de la Dirección:





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 23 de abril de 2010

El enfermo exquisito

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Siempre que vuelves a casa
me pillas en la cocina
embadurnada de harina
con las manos en la masa

Vamos a jugar a los médicos, ¿te hace? Guárdate eso, criatura, que estoy hablando de doctores serios. Doy por hecho que esta mañana, plenos de salud, os habréis dicho ante el espejo: "Bueno, otro día más con vida". Igual alguien no se despierta así, vale. Igual alguien debería ver más Los Soprano.
Qué errados estábais, en cualquier caso. Imagina por un momento que estás de excursión: ¿caminas por un valle rodeado de cervatillos hacia una cabaña con vistas al mar o por un pedregal infestado de víboras para llegar a un tugurio con un sucio jergón?
Ahora imagina otro poco. En la mesa hay una selección de suculentas viandas y caldos y una pizza de sobre de Casa Tarradellas junto a un Don Simón. ¿Eliges pizza y tintorro? Bien por ti. El resto estáis de la cabeza.
Síndrome del Gourmet se llama, que lo vi el otro día en la tele. Al parecer ciertas personas prefieren los productos fetén. Esos mismos, supongo, eligen la cabaña con vistas al mar. Muy disfuncional todo, oye.
He buscado el estudio original, sí. Lo que puso a los doctores en alerta es que un tipo al que trataban se había quejado de la comida del hospital. Está escrito en inglés y publicado en Neurology y todo, así que será verdad. Regresa a España un segundo, a la Seguridad Social, con tu médico preguntando: "¿Te ha gustado la comida?". La Sanidad en Zurich debe ser la leche.
Enric González hizo una investigación parecida. Cuenta en "Historias de Londres" que ingresaron a su mujer en un hospital de allí y le pusieron para comer una sopa infame. El buen mozo, muy cortés, se acercó a la enfermera y le insinuó que, quizá, la comida no era de muy buena calidad. "No, claro que no", le dijo la señora, "de hecho, es una mierda". Es otra forma de afrontar los hechos.
Vuelvo al paciente cero. El hombre en cuestión escribió en su diario, después de un tiempo en la clínica: "...sexo, empiezo a echarlo de menos. Y una buena cena...". ¡Tío más raro! Un año después había engordado tres kilazos. Así, en doce meses. Se acercan estos médicos por mi pueblo en Navidad y nos dan las fiestas.
Hay más. Otro enfermo, aparte de aficionarse a la manduca, empezó a tirarle los tejos a las enfermeras. ¡Ejem, ejem! (pausa dramática). Dra. Regard y Dr. Landis, una cosita: ¿han montado todo esto porque les pilló su jefe viendo Benny Hill?





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 16 de abril de 2010

Agarrao

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

De colores se visten los campos en la primavera
De colores son los pajarillos que vienen de afuera
De colores es el arco iris que vemos lucir
Y por eso los grandes amores
de muchos colores me gustan a mí (*)

El Paleozoico fue una era interesantísima. Para que os hagáis una idea, la mayoría de los bichos sin hueso salieron de aquí. No digo más. ¿Has visto el mapa ese de la Tierra de cuando todos los continentes estaban juntos? Pues esto fue antes.
Bien, por aquel tiempo se formó el Naranjo de Bulnes, que no se llama así. Bueno, sí, pero los lugareños lo llaman Picu Urriellu y aquí se respetan esas cosas, sólo faltaría, doctor Fronkonstin. A lo que iba: amanecía el Mesozoico cuando paseaba por los alrededores de la montaña con mi hermano José Juan.
José Juan, cuya intrepidez es inversamente proporcional a mi conocimiento del japonés, me llevó por lo que viene siendo una rambla. Con tormenta en lontananza, por supuesto.
Para amenizar la caminata, me hablaba de la gente que había tenido un traspiés a mitad de subida. La mitad de 550 metros son 275. Hace pupa, sí.
¿Dónde estábais Padre y Madre? Repito: ¿Dónde estábais? No es una pregunta retórica que, entre unas cosas y otras, nos perdimos y juraría que vi un oso polar. Con mis nervios de acero tomé el control de la situación y conseguí forjar unas lágrimas como puños. Mi hermano, mientras, intentaba encontrar un humano.
Tú sabes que una hora tiene 3.600 segundos porque has estudiado. Yo tenía ocho años y el sistema sexagésimal nunca me había preocupado, la verdad. Las nubes, mientras tanto, mirando mal.
Lo mío ya era de película de Lars von Trier. En esto que aparecen unos montañeros que llevaban como cuatro horas buscándonos. Cuenta del uno al 14.600. Puedes respirar si quieres. Y allí que alargan el brazo. Da gusto que te echen un cable cuando la cosa se pone fea, ¿eh? Leñe, qué bien que se está agarrao:





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 9 de abril de 2010

Primavera, ¿es que has venío?

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Ahora sí que estamos bien
tú preñá y yo en la cárcel
tú no tienes quien te meta
yo no tengo quien me saque

Da como gustico, ¿no? La primavera, me refiero. Te pasas el invierno aguantando chaparrones y, como quien no quiere la cosa, aparece un dia de bellota, con su sol, sus terrazas y sus zagalicas. La María, sin ir más lejos, se me ha puesto que da gloria verla.
Toca echarse a las calles, llamar a los amigotes, irse al campo o llenar bares, que como fuera de casa no se está en ningún sitio. Y, si no tenéis otros planes, siempre podéis echar mano del fútbol, que este fin de semana trae partidazo. Hay mucho en juego, no son sólo tres puntos y tal y cual. No me voy a poner brasas, pero os dejo una pregunta: ¿se volverá a ver lo del año pasado? Esperemos que sí: el Real Jaén-Sangonera promete espectáculo.
Ya me imagino que habrá a quien no le guste la estación, y empezará que si las alergias y patatín, patatán. También hay quien no quiere regalos o quien bebe cerveza sin alcohol, mira tú. ¿A ti, te pasa? Pues nada, nada, esta noche te vas de farra con Saramago y Lars von Triers al garito ese de homenaje a Joy Division y todos contentos.
Para el resto, espero que os arrejuntéis con alguien a quien apretarle las mollas y cojáis ritmo. Tenéis tarea para la semana. Y a gozar de la primavera que, como diría la Chola, es bien chingona.



(La María se ha mandado la canción de arriba. Gracias, moza)



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 2 de abril de 2010

El Evangelio redux

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

María Cristina me quiere gobernar
y yo le sigo, le sigo la corriente
porque no quiero que diga la gente
que María Cristina me quiere gobernar

Viernes Santo no es un viernes cualquiera, bien lo sabéis. Por eso os voy a hablar de Jesús. Todos conocéis a Jesús, ¿no? ¿Y la historia de los talentos? El talento era una moneda romana que equivalía a una cantidad de pasta insultante. Como el billete del trillón de dólares de Mr. Burns, para que te hagas una idea.
Esta parábola va de un próspero hombre de negocios que se larga de sus dominios y le da a un sirviente cinco gordas, a otro dos y a otro una. Jesús, tú es que te acostumbras a hacer milagros y te parece normal que un jefe afloje la mosca, ¿no?
Tiene truco, no creas, que el dueño volvió al pasar de los meses: “¿Y mi parné?”. Al primero le faltó tiempo: “Jefe, jefe, yo he invertido en unos terrenos rústicos y luego tuve un golpe de suerte y los recalificaron en urbanizables y mira, mira”.
Otro llegó con un cuento parecido: “Pues yo, jefe, jefe, puse mis activos en diferentes actividades emprendedoras e inmobiliarias y, mal que bien, he ganado unos buenos cuartos”. Un grupo de ángeles tañía sus arpas sicilianas en la cabeza del amo.
El tercero, ingenuo, comentó: “Jefe, yo pensé en enterrarlos bajo un árbol y dárselos cuando volviera, pero me pregunté ‘¿por qué no intentar hacer algo grande?’ y lo invertí todo en Investigación y Desarrollo”.
“Menos mal que os tengo a vosotros dos”, dijo dirigiéndose a los primeros. “Contigo”, le espetó al tercero “no me puedo ni creer lo cretino que eres. Anda y pírate”.
Hoy, como todos los viernes, este último visita en la cárcel a sus dos antiguos compañeros. Después se va al “I+D”, levanta la persiana, se abre una cervecita y pincha la primera canción del fin de semana. No hay como saber invertir. ¡Hala, a santificar las fiestas!





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!
 
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