viernes, 19 de julio de 2013

Hasta el fin del botellín

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

No temo a las curvas
no temo a las rectas
no temo a tu padre
aunque tenga escopeta

El otro día me topé con el oso de Madrid. "¿Es que no te has ido todavía?", le comenté. Es una pregunta un poco de charla de ascensor, pero es que uno no sabe nunca muy bien como dirigirse a un plantígrado. Más a este, que se da unos aires de único en su especie que te pasas. "Me voy el lunes a Asturias, que tengo un pariente allí y esto está un poco muerto".

Madrid en verano ya no es lo que era. Eso, al menos, es lo que dicen los lugareños que llevan aquí desde que solo había tostadas de pan de molde. Ahora, al parecer, se queda mucha más gente. Pues será, pero solo se quedan los que no conozco. Los otros, esos bien que se largan todos. Chacho, que llamas y en vez de un teléfono parece que te has puesto una caracola en el oído.

Por eso, ha llegado el momento de afrontar la situación con cabeza. Lo primero es llenar el frigorífico de botellines. Lo segundo, ponerse en el escritorio del ordenador una foto de esas de palmeras donde han borrado a los pobres con el Photoshop. Lo tercero, tomar las enseñanzas de Paolo Coelho y ser conscientes de que las verdaderas vacaciones se llevan en el corazón.

Ya le he dejado preparado un bikini a La María y me he comprado un portamonedas colgante. Hasta tengo una ensaladilla rusa fuera del frigorífico desde ayer para darle su toquecito al estómago. Esta noche me coloco el Meyba y nos vamos de paseo a Lavapiés. A veraneantes no nos va a ganar nadie.

Queridas queridísimas y queridos queridísimos, ¡¡¡la canción del viernes!!! se pone de vacaciones desde este preciso instante y volverá cuando se acaben los botellines. ¡Salud!



La Dirección se había mandado una coplilla de esas nostálgicas de antes de que se inventaran los megaherzios. Lo que pasa es que se pone uno a saltar de una a otra y, al final, ha aparecido esto. Y esto son palabras mayores. Mil gracias por las inspiración, Dire:



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 12 de julio de 2013

Yin-Yang

Queridas queridísimas y queridos queridísimos

Anda diciendo tu madre
que no me quiere por nuera
en qué libro habrá leído
que yo la quiero por suegra.

Los chinos son gente polivalente. Lo mismo te hacen un gato de la suerte que un librico de pensamientos resultón. El yin-yang es uno de esos conceptos que para ellos es como para tu padre gritarle al telediario o para ti gritarle al telediario o para tus hijos y los hijos de tus hijos gritarle al telediario. Se lleva en la sangre.

La base de esta filosofía, según las cuatro primeras líneas de la wiki, viene a ser que las fuerzas opuestas no se confrontan, sino que se complementan, ya que no se puede entender la una sin la otra. Esto es una reflexión dura para un viernes, pero con un ejemplo seguro que lo pillas: frío y calor, agua y fuego, vida y muerte, GPS y discusión en el coche.

Bien, una vez que ya tienes la teoría, vamos a la práctica. O praxis, como diría Rufo, que me está apuntando por encima del hombro mientras hace unos apuntes críticos en italiano a Imperio, de Antonio Negri.

Rufo, con su lectura favorita para la siesta.

Juego de tronos es una serie de fantasía. Dicho así, parece que va de Campanilla recogiendo flores en la pradera mientras canta lindas canciones de aires isleños con las que deleitar a los lugareños de remotos parajes. Podría ser. En este caso va más de darse unas castañas como panes de pueblo.

Por ser más precisos, digamos que, en el contexto de la historia, arrancarte la cabeza en una discusión por el parking del caballo es una solución aceptable. Vamos, como en Madrid. El tiempo que no están cercenándose miembros a discreción lo emplean en encamarse entre hermanos. Una producción muy educativa, sí. Llamémosle yang.

José Luis Perales es un santo varón. Solo por escribir Y cómo es él se merece el Nobel de la Paz. La canción ya sabes de qué va. Su señora se pira con otro. Hasta ahí, como la vida misma. José Luis se huele la tostada y le pregunta antes de que ella se lo diga. Después un pequeño reproche hacia el amante de ella: "es un ladrón..." y aquí paz y después gloria. Un señor. Lo bueno viene después:
Arréglate mujer se te hace tarde
y llévate el paraguas por si llueve.
Él te estará esperando para amarte
y yo estaré celoso de perderte.

Y abrígate, te sienta bien ese vestido gris.
Sonríete, que no sospeche que has llorado.
Y déjame que vaya preparando mi equipaje.
Perdóname si te hago otra pregunta.
Puro yin. Ja.

La cosa es que Juego de tronos, al lado de esta coplilla, parece una comunión de los osos amorosos. En la serie van más por derecho. Pronuncias mal mi nombre, te eviscero, te descuartizo y verás cómo a la próxima te acuerdas.

 José Luis, no. Él va de majete comprensivo. Tururú. Chaval, eres el Da Vinci del mal. Que te imaginas a la pobre señora, en su lecho de muerte, junto con su amante con el que tuvo cinco hijos, llorando a moco tendido: "El paragüitas, el paragüitas, snif, me dijo, cógete el para...snif...güitas, y abríga...hip...te y, y, y, buaaaa, que, sob, sonriera". Y mientras, el Perales, acostándose con groupies por toda Sudamérica: "A mí es que me han hecho mucho daño".

Eso es yin-yang.



¡¡¡La canción del viernes!!! se rinde a la música electrónica de calidad. De la mano de Sergio, gracias mil, una de las mejores canciones de la historia. Esto sí que es una letra y no lo del Bob Dylan.



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

viernes, 5 de julio de 2013

Crisis de la mediana edad

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Estate quieto Julián
no me toques el refajo
si te quieres divertir
mete la mano debajo

El Rufo* se ha puesto un pendiente. Le iba a decir algo, pero le ha sonado su teléfono 4G y ha estado hablando durante una hora y media antes de irse al gimnasio. Me ha dejado descolocado hasta que he hablado con La María. "Pues claro, mendrugo", me ha contestado. "¿Cuántos años tiene?". "Siete". "¿Siete por siete?". "Cuarenta y siete", le he dicho como un relámpago. Si llega a ser una mariposa me paso el día multiplicando, sí.

En fin, se conoce que se habla con una perra tres años más joven que él y ha perdido el oremus. Ayer estaba mirando una revista de coches. "¿Qué te parece este cabriolé?", me preguntó, porque él es muy siglo XIX hasta cuando se pone frivolón. "Que ya no tienes cuatro años, eso me parece". La que montó, tú.

Que si qué sabría, que así me iba, que lo que me pasaba es que siempre había sido un burgués, que jamás había arriesgado y que cuánto hacía que no pensaba por mí mismo. "La experiencia vital ha de ser una revolución permanente", me largó, arrimando a Trotsky a su sardina.

Rufo, tras leer el primer párrafo de 'El capital'.

Ojiplático estaba, cuando le oí cerrar su discurso con un "la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace la vida interesante". Ah, mangarrián, esa no me la ibas a colar: "Oye, tron, mucho ladrar como si escribieras en mármol, pero bien que lees a Coelho". Ahí sí que se puso rojo de verdad. Había tirado a bulto, pero es que la posibilidad de que una frase con las palabras "sueño" y "alcanzar", "perseguir" o "realizar" sea de Paulo siempre tiende a uno.

Total, que ya lo tenía contra las cuerdas y le iba a soltar que el otro día le pillé escuchando a Luis Miguel cuando llegó La María. "¿Quieres dejar al pobre Rufo tranquilo de una vez?". "Pe-pe-pero si ha empezado él". "Me da igual quién haya empezado, que te estés quieto te digo". "¿Por qué a él no le regañas nunca?". La mirada que me echó se le debe haber clavado a un maorí. Ni repliqué. Me fui del tirón al cojincico de la esquina. El Rufo es ahora el que duerme en el sofá. Las noches que pasa en casa.

* Rufo es un perro que tenemos en acogida temporal. Si te gustan los animalicos con una sólida formación, los tratas con cariño y quieres quedarte con él, hazlo saber.





P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!
 
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