Queridas queridísimas y queridos queridísimos,
Pobrecitos los borrachos
que están en el camposanto
que Dios los tenga en su gloria
por haber bebido tanto
El Andrés y la Endur siguen por Londres. Cuando no están en Australia, en Estocolmo o en Hernani. Éstos, con tal de que no se hable español son capaces de ir a cualquier sitio (y ahora entenderos vosotros con Garzón). El Carlos anda por los Alpes franceses, cuando no en San Francisco o pensando en irse a la Martinica. Menos en Madrid, donde sea. Lo mismo que el Villas, que se fue para Polonia (Cataluña, Edurne, Cataluña). Después le siguió Diana y luego se instaló en Barcelona la Mavi, que se trajo de París a su Lorenzo. Allí anda también la Lali, que es de Huelva, pero cosmopolita. Por no hablar de la Ana; la Pili, que va y viene; la Magola; la María Arnaiz; el Javi el Largo y yo que sé cuántos más que han pasado por Madrid y que se han vuelto a provincias. Ya sé qué os pasa, criaturitas: sus duele España. No deberíais haber leído tanto a Unamuno.
¡A bailar ya, leñe!
Besos a tutiplén.
P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: Señor De Zubiría, un abrazo bien fuerte.
P.P.P.D.: Señora cholita, otro para usted.
P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!
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2 comentarios:
JAJAJAJAJAJA....las provincias....
Ya sabes que a los que llegamos a la capital luego nos critican al volver al pueblo (aunque, la verdad, no es mi caso). En fin, paletos, que seis unos paletos.
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