viernes, 11 de septiembre de 2009

Ser padres hoy

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Venga señor cura, venga,
que en mi casa hay un trabajo,
que se ha caído mi abuelo,
y está mi abuela debajo.

Dalton Trumbo era un pajillero confeso. Gran noticia, ¿verdad? Venga, desencoge los hombros, que te vas a contracturar. Me pongo las gafas de pasta y empiezo por el final. Dalton Trumbo escribió Espartaco, una peli de la que Kubrick quiso renegar, porque no le dejaron hacer. Menudo era éste. ¿Culpable? El Kirk Douglas que, aparte del prota, fue el productor. ¡Qué sueñito más rico te echarías ahora, ¿eh?! Por mí no te cortes. Sigo. Kirk le dijo a Dalton: "No me vengas con tonterías y fírmame ya el guión, que tengo muchas cosas que hacer".
La tontería es que se había pasado casi un año en chirona por lo de la caza de brujas. Escribir películas era una de las tonterías accesorias que le habían prohibido. Durante diez años, algunos amigos suyos se curraron muy buenos guiones. Hasta que llegó Kirk Douglas, que recuerdo que ponía la pasta. Cuando veáis Espartaco o Senderos de Gloria, tenedlo en cuenta.
Antes del jaleo, Trumbo escribió alguna tontería, como "Johnny cogió su fusil". Después se hizo alguna más, como "Papillón". Y de prisiones cargado, que diría Calderón, le escribió esta carta a su hijo adolescente:

"(...) Te mando dos libros, que creo que son bastante apropiados para tu edad: 'Education of a poker player', con un montón de consejos poco limpios, pero lícitos, para desplumar a la gente; y 'Sex without guilt', que deberías compartir con tus amigos y que lo escribió alguien que se ha ganado un lugar en la historia como el mayor benefactor de la humanidad desde el mahatma Gandhi. El libro lo podríamos considerar un manual para pajilleros. Su autor: el doctor Albert Ellis (...)
Por mucho que lo intente, no te harías una idea de lo turbulenta que fue la juventud de tu padre con esto del sexo. Eran otros tiempos y no hay que darle más vueltas, pero no te puedes ni imaginar las ventajas que tienes si lo comparas con lo que tenía yo. Por nombrarte sólo tres: una habitación para ti solo, un padre pajillero y al doctor Albert Ellis".

Es parte del monólogo que se casca Nathan Lane en Trumbo, un documental con las cartas que se escribió desde el maco. Lo he traducido con mi inglés de chichinabo, porque no he encontrado los subtítulos, así que, a lo mejor, de lo que habla en realidad es de ornitología. Concédeme el beneficio de la duda y ya vamos viendo. De paso, imagínate a tu padre largándote eso y me cuentas.
Querido hermano, querido Pepe, querido Luis y querido Lorenzo, en los momentos duros, cuando todo se os ponga cuesta arriba, recordad que, al menos, le podréis ofrecer a vuestros hijos dos de esas cosas. Seguro que estáis a la altura. ¡Enhorabuena!
¡Maaaaaaambo!





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: Por cierto, de aquí salen algunas de las coplillas que salen en este blog. A cada cual, lo suyo.
P.P.P.D. ¡Más besos, leñe!

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