viernes, 8 de junio de 2012

Ser pueblo

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Quince años de relaciones
y ya quiés que nos casemos.
No me seas exigente
que esas cosas quieren tiempo

Lo mucho cansa. Tanto nadar en la abundancia que he decidido darme un baño de sol en la escasez: he despedido al chófer. Un poco por capricho y otro poco porque daba unos frenazos que hasta bailaba mi posición en la lista de los más ricos de Forbes. Leñe, que hubo un momento que me pareció estar por debajo del sastre ese gallego.

"Toda una vida moviéndome lo justo para ir de montería y ahora me tienes como si viniera, perdón por la expresión, de varear olivas", me exasperé. "Aparca a la derecha cuando puedas que se acabó lo que se daba, Sebastián".

Llamo igual a toda la servidumbre, incluso al ama de llaves. Me resulta más cómodo que aprenderme todos los nombres, por qué no decirlo, y así no me encariño.

Este fin de semana, para relajarme, voy a echarle un ojo a mis posesiones andaluzas. Tengo allí un zagal que se encarga de aquello. Cada vez que bajo se lo comento: "Que cuidado que lo tienes todo, Sebastián". A veces se me encorajina un poco: "Que me llamo Cayetano no sé cuántos de tantos y tantos guión cuántos", dice. "De acuerdo, Sebastián". Jodo, cómo se pone. Si lo ves, te mondas. "Que tú no sabes de quién soy hijo". "Ni tú", le contesté un día. Me despiporro. Me estuve riendo de él con el resto de los mayorales hasta el alba.

Lo que te decía, que me encamino a Sevilla aprovechando que ya se puede salir a la calle sin abrigo. Me bajo en el Socibus, que es una empresa de una cosa que se llama transporte público. Al parecer, te montas en un vehículo que compartes con personas que no conoces. Inmigrantes, parados, arquitectos y gente así.

El viaje son unas seis horas, pero supongo que entre que te lees La Gaceta y te pasan la comida, el tiempo se va a ir volando. Luego está la conversación. Eso de ir sentado junto a alguien y poder compartir inquietudes y filosofía de vida. Incluso me he preparado la primera pregunta para quien me toque, perdón otra vez por la expresión, como compañero de viaje: "¿Qué, a ti también te gusta vivir por debajo de tus posibilidades?". Verás qué risas.



La coplilla de arriba sale de una lista impresionante de Diego Manrique. La de abajo es cosa de La Dirección, que se puso en plan serio: "¿Cómo es posible que todavía no haya sonado esto?" Tampoco me lo explico:



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!


2 comentarios:

Mayoral de Alba y Colmenar dijo...

Pos eso, que sus posesiones están a buen recaudo. Ya puede vuesa merced regresar cuando quiera.

P.D. A Sebastián ya se le pasado el disgusto. Que sepa que no le guarda rencor.

Er Alberto dijo...

Ya vi que está todo en orden, sí. Volveré cuando pase la canícula para alejarme de los menesteres de la villa y corte.

P.D.: Imaginable la reacción de Sebastián. Es un tanto gruñón, pero buen lacayo.

 
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