De bien nacidos…

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,
Hace 200 años, tal día como pasado mañana, unos cuantos pobladores de la Villa y Corte decidieron que se habían cansado de los gabachos y salieron a la calle a repartir estopa. Y les dieron pal pelo. Los gabachos a los de Madrid, claro. Después pasaron muchas más cosas, pero supongo que ya las habéis oído o leído.
Casi 78 años más tarde (por apenas un día), unos cuantos pobladores de Chicago decidieron hacer una huelga para pedir la jornada laboral de ocho horas. Dos días después, la policía cargaba contra una concentración y mataba a seis de los susodichos. Los obreretes en cuestión se lo tomaron a mal y, para contarlo todo, se cargaron a un policía a las 24 horas. Resultado: un puñado de juicios y cinco condenados a la horca.
Hoy, miércoles 30 de abril, me siento más madrileño y más trabajador que nunca. Yo, que jamás me habría enfrentado al ejército francés (me tiemblan las piernas sólo de pensarlo) y que tampoco me veo mucho poniéndome delante de la policía (corro a gran velocidad si la ocasión lo requiere), me deshago en elogios por lo que consiguió esta gente: ¡convertir un miércoles en viernes!
Sí, criaturitas: en Madrid es puente. Y eso que nos llevamos puesto. Y mañana, a estas horas, espero estar en el Cabo de Gata con la moza, que ya hemos comprado el kit de playa en el chino y que incluye chanclas, sombrilla y palas (y todo por 20,40 euros, cómo no van a conquistar el mundo).
Así que gracias a todos los que han hecho esto posible: ¡¡¡La canción del viernes!!! llega el miércoles. A ver si descifran el jeroglífico:





¡A bailar!

Besos a tutiplén.
Sean felices.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: Pili, ¿dónde estarás? Un beso adicional para ti.
P.P.P.D.: Y más besos para todos, leñe