¡Tito!

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Te daré
treinta besos en cada moflete
y me afeitaré.
Todo sea por GG Penningstone.

Hoy es el cumpleaños de mi hermano. Bien majo que es. 36. Felicidades. Va a tener un niño. O una niña. Espero que no haya más opciones. Con Lola. Por no alargarme: ¡voy a ser tito! Muchos pensaréis que no hay color, que padre gana a tío. Envidiosos.
Claude Levy Strauss es un tipo al que seguro que la mayoría de estudiantes de Antropología le tenemos gran cariño. Este señor escribió una obrita que se tradujo como “Las estructuras elementales del parentesco”. Da gusto leerlo. Podéis precalentar con la “Teoría de la relatividad”, de Einstein. La general, que la especial te deja un poco frío y luego vienen los calambres.
Dice el buen hombre, si la memoria no me engaña y, sobre todo, la Wikipedia tampoco, que hay una serie de patrones comunes en los seres humanos. Tanto da que se haya nacido en Granada como en Huelva (lo mismo va a ser, Levy, sí). Y el que dice Huelva, dice Borneo. Esos patrones son universales. El principal o, al menos, el que queda más resultón, es el tabú del incesto. Se supone que en ninguna tribu de onubenses, por ejemplo, está bien visto darle un repasito a tu hermana o a tu madre. O a quien se considera que es tu hermana o tu madre. Para que os hagáis una idea: a las monjas, en Huelva, también las llaman madres, ¿no? Pues las manos quietas. Eso es así.
Esta misma teoría le sirve, creo, para la religión. Que como tenemos la misma placa base, pues todos buscamos una explicación de Todo. Y como esa explicación que nos deben no nos la dan, la buscamos como podemos. Pues vale.
Unos años después te entiendo, amigo Claude. Por fin sé qué querías decir. Y mira que era fácil. Voy a ser tito. Y voy a querer mucho, mucho, mucho a mi sobri. Como todos. Elemental.

¡Hala, a bailar con alegría!



Y aquí va uno que hasta tiene explicación profunda. Después viene lo bueno:




Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Joer!, Paco, del grupo de los antropófagos, se casa. Al parecer ya lo sabía mucha gente. Pues ni idea. Después de mil años cohabitando se ve que le ha dado un ataque. Ah, y parece que va por lo católico y todo. Di que sí, que esas cosas o se hacen bien o no se hacen. Vas a comparar tú la ceremonia. ¡Enhorabuena y que vaya bien, mozo!
P.P.P.P.D.: Una vez más, gracias a La Dirección por la primera coplilla.
P.P.P.P.P.D.: El Andrés y la Endur quieren visitas. Este finde se han apuntado el Luis y la Marta. Hay que rellenarles su agenda londinense. Dicen que ya conocen muchos sitios y que en alguno, incluso, ponen pintas. Lo digo por si necesitáis un empujoncito.
P.P.P.P.P.P.D.: La letrilla del principio es de Sr. Chinarro, de una canción para su hijo.
P.P.P.P.P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!