viernes, 4 de septiembre de 2009

A flote

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Fifteen men on a dead man's chest
Yo ho ho and a bottle of rum
Drink and the devil had done for the rest
Yo ho ho and a bottle of rum.

El Titanic se hundió con música. La orquesta siguió en plan parece como que refresca un poco, ¿no? Eso cuentan, al menos. Serían de Burgos, que con un par de rebecas se hacen un ochomil. Como habéis visto la peli, pues ya lo sabéis. A mí, junto a otros muchos, la historia me llegó por Adrián Huici.
Huici era profesor y nos vino con el cuento el último día de su clase, en el último curso de la carrera. Amor y muerte en las aguas heladas del Atlántico. La historia tiene miga, os pongáis como os pongáis. Añadidle acento argentino. Del de Borges y Cortázar, ¿eh?. Y allí tenéis a una clase entera, un sólo corazón, oyendo los gritos de los pasajeros entre gente pisando a otra gente, codazos para hacerse con un sitio y "silollegoasaberviajoenprimeramiratú" variados. Lo peor de la naturaleza humana, condensado en unos pocos metros. Como el mercadillo de los jueves de Jaén, queridos cosmopolitas.
Y ahí estamos, de secano, mordisqueandonos los codos, los ojos encendidos, dispuestos a dar nuestra vida por salvar a alguno de aquellos desgraciados. Y el relato continúa: "La orquesta, sabéis, no dejó de tocar". Pausa dramática. "A pesar de los gritos, del miedo, del, digamos, incierto futuro". Mirada. Otra pausa. Y redoble: "Pase lo que pase, no dejéis de tocar siempre vuestra propia música". Se le aplaudió mucho al señor Huici.
El Chaves, con una caja de herramientas, es capaz de sacar a flote la Atlántida. Un día de cañas, hace ya unos añitos, estábamos hablando de la peli. Cuando terminamos dijo: "Si me dejan a mí con un rollo de cinta americana, eso no se hunde".
Ya volverán las vacaciones. Música, maestro:





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Su relato me ha emocionado, Señor Trabajador. Quizás debería seguir los pasos del señor Huici e impartir su canción del viernes en una Universidad. La clase estaría a reventar. Y yo estaría en ella.

Un efusivo abrazo

La Dirección

Anónimo dijo...

Gran profe, sí señó. Aquellos maravillosos años... Y todos con los pelos largos... La música que nunca pare y aluego, como diría Camarón, que nos quiten lo bailao. Un abrazoooote tronch.

Andrés

Er Alberto dijo...

Queridos antiguos, lo pasamos peor en las guerras del Peloponeso, sí.
La Dirección, gracias por sus piropos, aunque quizá sería mejor en un bar, ¿no?. Tenemos unas cañas pendientes para cuando termine de arreglar el Perú. Y no se me emocione mucho, que ya se tiene que ir cuidando.
Andrés, quitando el pelo, en lo demás como que vamos ganando y bailando. Como diría Camarón, ponte otra.

Besos.

Anónimo dijo...

LLevo tiempo pensando que decirte. Cada vez que termino de leer tus post, lo pienso y repienso y lo único que se me ocurre decir es:
GENIO DE LA PALABRA.

¡Qué gusto abrir el e-mail!

¿Para cuándo una visita por la Triángulo? Aquí seguimos y de momento seguiremos. Resistiré
erguida frente a todo.... y lo que sigue.
Besos (a los dos)
Natalia

Er Alberto dijo...

Joé, Natalia, ¿y yo qué te digo ahora? Mil gracias por ese pedazo de exceso.
Por cierto, me pasé en las fiestas de Lavapiés por la sala (el sábado o el domingo, no me acuerdo), pero estaba cerrado. Llevas razón, ya toca echarse unas cañas. Pa' aguantar lo que haga falta.
Besos.

 
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