viernes, 19 de noviembre de 2010

Éxodo

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Volveré a la montaña alguna vez
y le pegaré un tiro cuando vuelva
y le pegaré un tiro y le pegaré un tiro
y le pegaré un tiro cuando vuelva. (*)

Moisés tenía unos prontos tremendos. El hombre estaba atravesando el desierto con su pueblo camino de la tierra prometida cuando decidió hacer un alto en el camino. "Este es buen sitio para descansar un rato, esperadme aquí que enseguida vuelvo", dijo. Y empezó a subir el monte Sinaí ante la atónita mirada de la comitiva. Cuarenta días tardó en volver.
Sabedor como eres de la naturaleza humana, no te extrañará descubrir que el campamento, en su ausencia, se dio un tanto a la vida licenciosa. "¿Tenéis cartas?". Sin respuesta. "¿Whisky?". Más de lo mismo. "¿Carbohidratos, alguien ha traído carbohidratos?". Niet. No es fácil ser disoluto en un mar de arena. "Oye, ¿y si fundimos todo el oro que tenemos, le damos forma de becerro y lo adoramos?". Las miraditas fueron de órdago pero, como tampoco tenían mucho que hacer, se pusieron a la faena. 
En esto que vuelve Moisés, con los Diez Mandamientos bajo el brazo, y se encuentra este tinglado. Hecho un basilisco, tira las tablas de la ley y, desatado, monta "El Gran Pitote". Se han perdido los detalles del acontecimiento, pero sabemos que estuvo bien surtido de gritos, destrozos y noesloqueparece diversos. El caso es que entre esto, abrir las aguas del Mar Rojo, lluvias de maná, persecuciones y muertes modo Antiguo Testamento pasaron cuarenta años hasta que llegaron a su parcela.
Carámbolas del destino, el contratista que está reformándonos el nidito también se llama Moisés. Como el patriarca, este señor también nos está bendiciendo con una larga peregrinación. La María y un servidor, acogidos por los amigos, seguimos sin encontrar oro para fundir un becerro, así que hemos optado por darle al frasco. La tita Maca ha cumplido con creces, pero nuestra misión no es sólo beber, tenemos que multiplicarnos. Por eso ahora hemos adoptado una familia completa: la titos Marta y Luis y el primo Nico. Entre la una y los otros nos han tenido, y nos tienen, a cuerpo de rey. ¿Tú crees que merece la pena regresar a la casa prometida?





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

No hay comentarios:

 
Personal Blogs - Blog Rankings