viernes, 12 de noviembre de 2010

Más allá del valor

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Si quieres ver lotería
bájame los pantalones
y verás salir el gordo
con dos aproximaciones

El caballo de Espartero es bien conocido por el volumen de sus testículos. El buen animal ha pasado a la historia por una estatua que adorna la calle de Alcalá, en Madrid, y que ha dado lugar a un solemne comentario: "Tienes más huevos que el caballo de Espartero". Una vez que te dicen esto, todo lo demás sobra. Es algo parecido a que te hagan hijo honorífico de la ciudad, al menos en la meseta. Si te parece algo basto, tendrías que ver como llaman por la capital al final de la espalda.



Una vez dicho esto, aquí viene otra vez la ciencia a poner las cosas en su sitio. Para gónadas, las de los saltamontes. Como lo oyes. Tres investigadores de la Universidad de Derby, tres, han dedicado el veranito a tocarle las criadillas a estos bichitos.
El resultado lo han publicado en Biology Letters (aunque yo lo he visto aquí, todo sea dicho) y ha sido revelador: el caballo de Espartero es un bluf. El 'platycleis affinis' sí que da la talla. Nada menos que el 14% de su peso corporal corresponde a sus atributos sexuales. Ve a pesarte ahora mismo y divide por seis para que te hagas una idea. Michelín más o menos, te podría rondar la pareja a unos diez o doce kilitos. Guárdate pues tu arrogancia mamífera, so intelectual. Eso sí: ¿te imaginas los sudores fríos de nuestro amigo cada vez que tenga que saltar una zarza?





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: La Pili acaba de dar a luz a Lola. Pensaba escribir sobre ellas, pero me iba a poner demasiado sentimental. Hoy todos los besos son para vosotras, que lo sepáis.
P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

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