viernes, 1 de julio de 2011

Una preposición deshonesta

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

Soy de Santurce,
bonita aldea,
soy del pueblo que gana
en las regatas con las traineras.

Cuando me desperté, Javier Marías estaba ahí. No me refiero a que fuera consciente de las grandes molestias de la vida. Qué decirte: el trinar de los pajarillos por la mañana, el olor del café recién hecho o el comienzo del fin de semana. Tampoco a que mis frases se demoraran, se tornaran prosa y, arrastrándose en pantuflas y rondando la docena de líneas, suplicaran que la acción avanzara como un segundero alocado que diera dos pasos durante las cien primeras páginas.
Otrosí, confieso: no amanecí entre sus brazos. La María se lo tomaría a mal, aunque fuera el mismísimo David Bowie el que hallárase en el lecho. Se pone muy Bianca Jagger con esas cosas.
Javier Marías, aparte de un gran gruñidor, es un excelente traductor, según él mismo da a entender. Algunas columnas las dedica, entre quejas por el aumento exponencial del ruido y la mala educación en un radio de 500 metros alrededor de su casa, al pésimo nivel de la traducción en España. Habrá que arrojar, por tanto, algo de luz en este área.
Las preposiciones inglesas son una cruz. A cambio, te permiten criticar a las amistades, que siempre es un plus. Tomemos como ejemplo a La Dirección. Jamás ha llegado puntual a ningún sitio ("on time", que se diría), pero es el típico zagal que llega una hora y media tarde al aeropuerto y resulta que han retrasado el avión ("in time": a tiempo para).
El tito Andrés fue capaz de leerse entera la trilogía "Tu rostro mañana", de Marías. 1600 páginas. No sólo eso, además la disfrutó. El tito Andrés también se ha leído el Ulises. Es un intelectual, el tito. Es muchas más cosas, pero hoy en día te googlean hasta para comprar el pan y no quiero arruinarle su carrera profesional. Tampoco quiero que le prohíban la entrada a Oxford (no a la Universidad, sino a la propia ciudad: él sabe por qué).
Ayer fue su cumpleaños. Al filo de la medianoche allí, en Londres, le llamé. No cogió el teléfono. ¡Fatalidad! ¡Voto a tal! ¡Sacrebleu! Ahora me asalta una duda: ¿se puede llegar "on time" y, sin embargo, no llegar "in time"? ¡Feliz cumpleaños, tito!





Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dear sobrino, muchas gracias por la felicitación filológicamente más currada que me han hecho nunca. Además, el temita de parchís matocao la fibra. Mientras ensayaba la coreografía me has hecho olvidar los 36 palazos al calendario!!!!

X cierto a mi dejaron entrar n Oxford el verano pasado. Obviamente, dije que era Javier Marys...

Take care sobri and see you soon!!

Andrés

Er Alberto dijo...

Querido tito, ha sido un placer, sabía que Parchís te iba a llegar muy hondo. Mucho Nine Inch Nails y mucho Corcobado y, al final, lo que funcionan son los clásicos. De lo de Oxford no opino, ellos sabrán lo que hacen.

Abrazazo.

 
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