viernes, 21 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad, leñe!

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

En el portal de Belén
hay un hombre haciendo botas
se le escapó la cuchilla
y se cortó las pelotas

Dickens tuvo una infancia preciosa. A su padre lo enchironaron por deudas y a él lo pusieron a trabajar en una fábrica de betún a cosa de diez horas diarias para mantener a la familia. Las industrias del siglo XIX, como sabes, estaban muy preocupadas por la responsabilidad social corporativa y por el bienestar de sus empleados, así que aquello le dejó un recuerdo imborrable.

Con el pasar de los años, se escribió Canción de Navidad. Es esa novela de los tres fantasmas (el del pasado, el presente y el futuro) que visitan a Mr Scrooge, un cenizo avaro y avinagrado que solo disfruta contando las perras que tiene (N. del T.: perras, aquí, se refiere a guita. Para usos más propios de Harlem puedes mirar la entrada MC Snoopy Scrooge). El final, claro, es un himno a la alegría, el amor, la familia, los amigos, la disfrutonería y a la vida en general. Minucias.

Si conoces a alguien que trabajó con doce años en régimen de semiesclavitud, déjalo que se desahogue. Pon tu mejor cara de asombro cuando te abra los ojos y te demuestre que la Navidad es un invento comercial, que es un despilfarro sin sentido, que nos obligan a estar felices por decreto y que Papá Noel era verde.

Mientras, por dentro, repite como un mantra: amigos, familia, regalos, viajes, vacaciones, reencuentros, cochinillo, cordero, marisco, morapio, jamón, lomo, merluza, rape, dulces y lingotazos. Si lo lees de seguido, suena más bonito que el Heroes de David Bowie. ¡Felices fiestas, leñe!

De primero: Un poco de reno.



De segundo: Una cita ineludible. Raphael con el padre Serafín. Una bendición.



De tercero: este hombre es capaz de superarse a sí mismo.



Prepostre: el Heroes de Bowie, que estamos de excesos.



Postre: No sé los ambientes en los que se mueve La María últimamente y, la verdad, me tiene bastante intrigado. Esta maravilla navideña se la debes a ella. Mil gracias, querida.



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

2 comentarios:

Fátima dijo...

Te ha faltado el cava fresquito con su bolsa monísima a juego. Fue un puntazo ayer, ¡así salió el himno de Arca!
Feliz Navidad para vosotros también.

Er Alberto dijo...

Si es que es la lista de placeres es interminable, Fátima, igual que lo va a ser la resaca del 7 de enero.

Besote

 
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