viernes, 2 de enero de 2009

Gran pitanza

Queridas queridísimas y queridos queridísimos,

¡Qué bien me sienta el marisco!
Con champán, mucho mejor
Me río yo de Jalisco
De mi tierra no me voy.

Nécoras, patas rusas, berberechos, bígaros, gambas a la plancha, jamón ibérico, foie fresco, lubina salvaje (grrrr), entrecot de buey, macedonia de frutas... y unas aceitunitas. Ése fue el menú de Nochevieja. Si no lo cuento, reviento. Otra vez.
Nos juntamos en la casa de la Pili y el Manolo, que son más majos que decirlo y nos acogieron a la pareja de expatriados, Andrés y Endur, y a mí. Gloria bendita aquello.
La Pili y el Manolo, en principio, iban a cenar ellos dos en amor y compañía. Por eso habían comprado una lubinita de ración... Dos kilos pesaba el bicho. Y, aparte, un poco de marisco y jamón, claro, "que es que me ha parecido como si fuera poco", que diría mi madre.
No digo yo que no tengan buen saque, que donde hay apetito hay alegría y que lo conserven muchos años, es que se produce mayormente lo que el Miguel llamaría una disonancia cognitiva: tu los ves así, una junto al otro, y dices, hombre, a la belleza hay que darle alimento, pero constitución vikinga tampoco es la suya.
Nosotros, por si acaso, llevamos algunas viandas suplementarias para completar el cuadro. Supongo que ya os hacéis una idea. Hubo cena y recena. No dejamos prisioneros. Deben ser los primeros españoles que en Año Nuevo tienen que llamar a Telepizza después de haber cenado en su casa. Marcando estilo. Así son ellos.
Luego se dejaron caer por allí el Raúl y la Natalia que, previsores también, se trajeron unas botellitas de cava, no fuera que nos quedáramos sin bebidas. En fin, un despropósito.
Ayer, para desengrasar, nos fuimos a zampar a "El rey de los tallarines", un chino, o asiático, vete tú a saber, con unos camareros a los que no aceptaron en las triadas por falta de humanidad. Allí nos plantamos con la Rita y el Miguel justo antes de comernos un brownie y unas tortitas con nata y chocolate en el Vips (que Escoffier nos perdone a todos), mientras hacíamos tiempo antes de ir a ver "Estómago", una peli brasileña sobre cocina y otros menesteres. Para cenar, una bolsita de pipas.
Toca quemar calorías. ¡A bailar!:



Y a cantar, criaturitas, a cantar:



Besos a tutiplén.

P.D.: ¡Todos somos Blanco Herrera!
P.P.D.: Que os traigan muchos regalos los Reyes Magos.
P.P.P.D.: Y vosotros, ¿qué zampasteis?
P.P.P.P.D.: ¡Más besos, leñe!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí señor que fue un cenorrio en toda regla. Muchas zenkius a los anfitrionespor su buen gusto marisquil y por acogernos tan gratamente aun a pesar del lastminute. La ùnica pega de la noche fue que ninguno de los presentes supo explicarme cómo jugar a la potxa (bebieron demasiado).

Albertito, el año que viene queremos un post sobre cómo bailar mientras corres la san silvestre!!

Feliz año tutti il mondo.

Besos desde el aeropuerto.
Andriu & Endur

Er Alberto dijo...

Sí, es que no nos sabemos controlar. Menos mal que tú supiste poner orden, que si no, no sé qué habría pasado.
La crónica de la San Silvestre, para otro dia, que son demasiadas emociones fuertes.

Besos, criaturitas.

Anónimo dijo...

Como se us ponéis los payos.
La menda cenó una sopita con un trozo de pan y al catre sin uvas...

LaMavi

Er Alberto dijo...

Pobrecita mía. ¿Ni siquiera las uvas? Si es que te tenías que haber venido para acá.
Un besote.

 
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